© Ariel Giacardi

Tu piel invicta

Eras entonces como un tallo breve
decidiendo su gesto de mudanzas.
Un descenso pluvial de crisantemos
te solía nublar. Y yo te amaba.

Eras la pura vertical naciente
de una etapa frutal y meridiana,
todo el beso reunido en la estatura
de tu materia urgente y sin amarras.

Eras mucho más pájaro que mía,
mucho más corazón que necesaria;
eras cada minuto de mi ausencia,
cada reloj manido a la distancia.

Eras la tarde que ensayaba antorchas
para incendiar el cielo de mi espalda
y las corolas de tu piel invicta
solían suceder. Y yo te amaba.

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Biobibliografía

Ariel Giacardi, Porteña, Córdoba, 1968. Reside en Santa Fe desde 1972. Ha publicado * Extranjero de la luz, * En torno de tu nombre, * No dejes que amanezca e * Historias de uno.