© Ariel Giacardi

Los látigos sin tiempo

Como todos los días, tus mejillas
son todo el territorio que requiero;
despuntas a mi izquierda, me sonríes...
(hay dos labios de sol en nuestro lecho).

Como todos los días, te propongo
mis rituales de yerba y de silencio
(tú sabes que me cuestan las palabras
si tengo el corazón recién abierto);

dejo, tal vez un poco distraído,
el rastro de mi amor en tus cabellos,
mientras enhebro escalas en el aire
por trepar la estatura de tus sueños.

Y estás en mi camisa, como siempre,
hecha liturgia de almidón y espliego
cada vez que el reloj se multiplica
en evidentes látigos sin tiempo.

Como todos los días, en tu nombre,
voy por las calles soterrando asedios,
derribando veletas decididas
con los puños flamígeros del beso;

y ejecuto agonías apaisadas
y muero por escrito en el anverso
y alucino vorágines de tiza
y mastico las vértebras del tedio,

y suele suceder que me haces falta
cuando la sombra va fundando ejércitos
de obcecados perfiles sin alivio
por las marismas rojas del deseo.

Como todos los días, tú me esperas
con la ternura a punto sobre el pecho
mientras yo voy, amándote sin pausa,
por las esquinas tibias del regreso.

1 comentario:

alejandro de la Cruz Diaz dijo...

Definitivamente soy el clasico rebelde, al que las reglas fundamentales no le asientan, inclusive en este loco intento de escribir aplica mi locura de no tener cabida entre los ritmos y las reglas que marcan la lectura, pero debo admitir, que ciertamente lo mas bello que he leido es aquello que nace entre estas reglas, y esta tu poesia es asi, hermosa por el efecto de calidez y de ternura que crea y recrea en la pupila, en el latido sentido del propio corazon, y es que tus versos son verdades que pareciesen infinitas, sabias y con razon...
sea pues este o esta una manera de aceptar que lo que leo es mas que de mi propio gusto, y soy afortunado de participar en esta mesa a la que hoy orgullosamente puedo decir, sirven poesia...
un saludo enorme'
desde mis fronteras
lord alex

Biobibliografía

Ariel Giacardi, Porteña, Córdoba, 1968. Reside en Santa Fe desde 1972. Ha publicado * Extranjero de la luz, * En torno de tu nombre, * No dejes que amanezca e * Historias de uno.