© Ariel Giacardi

En un mar de relojes

Iré de mi inquietud al desamparo
por las orillas ciegas de la escarcha,
por un borde lunar de escalofríos,
por el límite azul de las fogatas.

Iré de la zozobra a tu desvelo,
esa región de escombros y mordazas
que habitan los chacales del espanto
y un corro de pupilas amuralla.

Iré para reunir huella por huella
la longitud expuesta de tus lágrimas
y sublevar estambres inclinados
y concebir un cielo de guitarras.

A través de veletas sediciosas
y corolas de luz avasallada
llegaré a guarecer tu permanencia
bajo un techo de vísceras exhaustas.

Estaré fatigado. Por las hiedras
que embozan el silencio de las tapias
iré después para beber la noche
en copa de raíces despeinadas

y levantar un soplo soberano
en tu región de soledades rancias
y alojarme, de a poco, en la tristeza
y establecer allí mis barricadas.

Será preciso edificar tus párpados
con herramienta de iras necesarias
porque estará, partida en mil espectros,
sibilando la furia en las retamas.

Será preciso que tu sed me espere
por el cansado gris de la distancia
aun si mi torpe voluntad sin tregua
en un mar de relojes naufragara.

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Biobibliografía

Ariel Giacardi, Porteña, Córdoba, 1968. Reside en Santa Fe desde 1972. Ha publicado * Extranjero de la luz, * En torno de tu nombre, * No dejes que amanezca e * Historias de uno.